Biografía
Eloy Gonzalo García (Madrid, 1 de diciembre de 1868 - Matanzas, 17 de junio de 1897) fue un soldado español distinguido durante la Guerra de Cuba. El que llegaría a ser conocido como héroe de Cascorro (aunque no murió en esa batalla) tuvo un origen igualmente incierto. Eloy Gonzalo tuvo una vida difícil y complicada. Una existencia marcada por los reveses y las desgracias que forjaron su carácter valiente y único. Abandonado por su madre biológica en la Inclusa de Madrid un día de San Eloy, fue por tal motivo que recibió ese nombre. Adoptado por una familia de Ávila, pronto volvió a quedarse sólo, por la muerte prematura de su padres. Finalmente de nuevo es adoptado hasta los 21 años, cuando ingresa en el ejército.
El primer documento, casi legendario pero conservado en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, es la nota que lo acompañaba cuando, recién nacido, fue depositado de forma anónima en la inclusa de la calle del Mesón de Paredes, en Madrid, a las once de la noche del 1 de diciembre de 1868. El texto de la nota decía: «Este niño nació a las seis de la mañana.
Está sin bautizar y rogamos que le ponga por nombre Eloy Gonzalo García, hijo legítimo de Luisa García, soltera, natural de Peñafiel. Abuelos maternos, Santiago y Vicenta». Las monjas de la inclusa le encontraron nodriza o ama de cría en la persona de Braulia Miguel, mujer de un guardia civil, que acababa de perder un hijo. Braulia percibiría 60 reales bimensuales, cantidad que cobró hasta diciembre de 1879, cuando a la edad de 11 años los beneficiarios de la inclusa dejaban de recibir su subsidio.
No pudiendo o no queriendo mantener a Eloy en su hogar, el adolescente tuvo que sobrevivir en oficios de peón de albañil, labrador, o aprendiz barbero y carpintero, como figura en su posterior ficha militar. También está documentado que en diciembre de 1889 se alistó como quinto en el Regimiento de Dragones de Lusitania, 12º de Caballería, acantonado en Alcalá de Henares, en el que llegaría a tener rango de cabo en solo dos años.
En 1892 solicitó el traslado al Instituto de Carabineros del Reino, que dependía del ministro de Hacienda.
Se le describe en esa época con el pelo castaño y los ojos azules; estatura de «1 metro con 75 centímetros». Los registros militares dan noticia de que el 19 de febrero de 1895 fue sometido a un consejo de guerra y condenado a doce años en prisiones militares, ingresando en el penal militar de Valladolid.
Sin embargo, apenas dos meses después, y acogiéndose al Real Decreto y Real Orden del 25 y 27 de agosto de 1895 que permite el alistamiento a los reos no condenados por delitos de sangre (y promulgados ante la ineficacia militar y diplomática que había desencadenado la guerra de la independencia cubana), Eloy, en una instancia del 3 de noviembre de 1895, solicita alistarse.
Fue admitido de nuevo en el ejército y ese mismo mes partió del puerto de La Coruña en el vapor León XIII, «cumplió los 27 años en el mar y llegó a La Habana el 9 de diciembre». En Cuba fue destinado al Regimiento de Infantería María Cristina núm. 63, en la localidad de Puerto Príncipe, provincia de Camagüey; pronto tuvo que ser ingresado en un hospital afectado por un brote agudo de sarna, pero volvió al servicio y el 28 de abril fue destinado a la guarnición que mandaba el capitán Neila en Cascorro, no lejos de Puerto Príncipe.
Héroe de leyenda. El 22 de septiembre de 1896 una partida de unos tres mil insurrectos, afectos a la independencia cubana, al mando de Máximo Gómez y Calixto García, cercó la pequeña población de Cascorro. Según otras fuentes, los mambises cubanos atacaron Cascorro el 17 de julio de 1896, con más de dos mil hombres y el 22 de septiembre cercaron a la compañía española, en un asedio de 13 días.
En Cascorro, el 26 de septiembre la situación del destacamento español se hizo tan comprometida que la única solución era volar un bohío desde el que asediaban a la guarnición española. Según varias fuentes, quizá legendarias, Eloy Gonzalo se presentó voluntario para prender fuego a la posición de los insurrectos cubanos, llevando una lata de petróleo. El relato asegura que pidió ser atado con una cuerda para que, si le abatían, su cuerpo pudiera ser recuperado. Pero regresó indemne a su posición, que fue liberada pocos días después por una columna española al mando del general Adolfo Jiménez Castellanos.
Eloy Gonzalo tomó parte en más acciones militares, siendo condecorado con la Cruz de Plata al Mérito Militar, pensionada con 7,50 pesetas mensuales, pero fallecería el 17 de junio de 1897 en el Hospital Militar de Matanzas a consecuencia de una «infección intestinal provocada por la mala alimentación del ejército español en la isla», es decir: «Un año después del asedio murió en el hospital de Matanzas a causa de enterocolitis ulcerosa gangrenosa». Sus restos fueron repatriados en el vapor San Ignacio llegando a Santander en diciembre de 1898 junto a los restos de los generales Santocildes y Vara del Rey. Fue incluido en un monolítico mausoleo en el cementerio de la Almudena dedicado a los caídos de las guerras en Cuba y Filipinas.
Cascorro
En 1897 el gobierno de la nación y el Ayuntamiento de Madrid decidieron homenajear a Gonzalo, dando su nombre a una calle) y colocando una estatua en el Rastro de Madrid, obra del escultor Aniceto Marinas, con pedestal del arquitecto José López Sallaberry. El monumento fue inaugurado en 1902 por Alfonso XIII. Aunque en 1913 se bautizó la plaza de la colina del Rastro con el nombre del presidente de la República Nicolás Salmerón, lo cierto es que el pueblo madrileño siempre la conoció con el nombre de plaza de Cascorro (identificando, en su ignorancia, el soldado de la escultura con la batalla en la que participó), denominación popular que luego sería suscrita por el Ayuntamiento de la Villa.
En la localidad de San Bartolomé de Pinares (Ávila), existe una estatua dedicada a Eloy Gonzalo que corona una fuente conocida como "Fuente de Cascorro", puesto que antes de embarcarse para participar como voluntario en la guerra de la independencia de Cuba, vivió durante unos años en dicha localidad. Estableció al parecer una relación con una lugareña, haciéndose popular en el pueblo por venir de un entorno militar.
En 1945 se dictó la Ley de 15 de mayo de 1945, sobre beneficios a los soldados supervivientes de las Heroicas defensas de Cascorro, Caney, Lomas de San Juan y Baler, por la que se concedía el título de Teniente Honorario del Ejército Español y se daba una paga de 6000 pesetas a los heroicos defensores del poblado de Cascorro. Beneficio que Eloy Gonzalo no llegó a recibir por haber fallecido, mientras que sí lo recibieron algunos de sus compañeros como el citado soldado Climent.
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