martes, 9 de marzo de 2021

CUIDA TUS PLANTAS: LAS CALAS



Las calas, también llamadas lirios de agua, son unas plantas originarias de Sudáfrica muy populares en jardinería por su elegante porte, gracias a su llamativo tallo floral que surge directamente del rizoma.

Ofrecen una de las flores más bonitas y llamativas para jardines e interior, que desprenden además una fragancia muy agradable. Si quieres aprender sobre cómo cuidar las calas y conocer sus características, acompáñanos en este artículo de EcologíaVerde en que te enseñamos todos los cuidados de las calas para tenerlas en un estado óptimo.

Características de las calas
Estas son las principales características de las calas:

Nombre científico: Zantedeschia aethiopica.
Se adquieren normalmente el rizoma o el bulbo de las calas.
No tienen tallo como tal, las hojas y tallos florales surgen del rizoma.
Necesitan mucha humedad.
Puede alcanzar hasta los 150 cm de altura.

Estas herbáceas vivaces, tan populares por sus grandes flores, son bastante más resistentes de lo que muchos podrían pensar por su elegante aspecto. Se trata de unas plantas que, mientras tengan un riego abundante, pueden desarrollarse bien tanto en interior como en exterior en la mayoría de climas templados o cálidos. Veamos cuáles son los principales aspectos a tener en cuenta para cuidar los lirios de agua.

Temperatura, luz y ubicación

La temperatura ideal para las calas es de entre 14 ºC y 20 ºC. Sin embargo, pueden tolerar temperaturas bastante más bajas. Ante las heladas suaves, es probable que la parte aérea de la planta se congele y muera debido a sus hojas y tallos carnosos. Aún así, si esto ocurre lo más habitual es que el rizoma sobreviva, de forma que en la siguiente temporada vuelva a brotar. Heladas muy severas podrían acabar dañando al rizoma también, por lo que en caso de climas fríos la planta debe ser trasladada al interior y almacenada hasta los meses cálidos.

Respecto a la ubicación y la luz para las calas, depende en buena medida del clima en que vivamos. En climas cálidos, la cala estará mejor en un lugar con semisombra, donde reciba luz algunas horas por la mañana. En climas fríos, en cambio, nos pedirá toda la luz posible, aunque en interior debemos evitar colocarla junto a ventanas que puedan hacer efecto lupa y quemarla.


Maceta y sustrato

La cala puede ser plantada tanto directamente en el suelo como en maceta. En caso de plantar las calas en maceta, lo haremos en una de tamaño considerable para dar al rizoma espacio suficiente para desarrollarse bien.

Lo más importante en este sentido es que la tierra o sustrato ofrezca un buen drenaje, ya que la planta necesita de niveles constantes de humedad. Nosotros recomendamos la mezcla con una tercera parte de humus de lombriz, una tercera parte de fibra de coco y una tercera parte de turba, a la que añadiremos vermiculita y perlita para mejorar sus propiedades de absorción y aireamiento. Este sustrato para las calas es muy nutritivo y ligero, ofreciendo un drenaje excelente y una buena oxigenación. En maceta, la cala requerirá de un trasplantado regular, aproximadamente cada dos años. Dadas sus necesidades de riego, es indispensable que la maceta cuente con agujeros de drenaje.

En exterior, sobre todo en climas fríos, se recomienda acolchar el sustrato con una capa de mulch o mantillo, que mantendrá el rizoma a una temperatura adecuada y mejorará la retención de humedad.


Riego y abonado

El riego es sin duda el punto más importante en el cuidado de esta planta. De su necesidad constante de agua recibe su apodo de lirio de agua, y es que es muy habitual ver crecer las calas en zonas empantanadas o junto a arroyos o estanques, a veces incluso con su rizoma bajo el agua. Así pues, debemos mantener siempre unos niveles de humedad constantes, aunque siempre sin encharcar. Es mejor regar regularmente que inundar la maceta una vez cada muchos días.

En los meses cálidos, la cala agradecerá un aporte de fertilizante o abono cada 15 días, que puede ser orgánico y ecológico y puede ir en el agua del riego o directamente en el sustrato.
Poda y multiplicación


La única poda de la calas que realmente es necesaria consiste en retirarle las hojas y flores que se sequen para que la cala no desperdicie energías en ellos.

Si queremos reproducir las calas, será mucho más fácil hacerlo por división del rizoma que por siembra. En la base de cualquier planta madura podremos ver una gran cantidad de hijuelos: cortando uno o varios de ellos junto a un pedazo de rizoma, con herramientas esterilizadas, podremos trasplantarlos a otra maceta o espacio con tierra sin problemas.


Cuándo empiezan a florecer las calas

Si te preguntas cuándo florecen las calas, piensa en que los bulbos de las calas se plantan habitualmente en otoño, que es cuando es más fácil encontrarlos en los viveros y locales especializados. Es en ese mismo momento cuando pueden plantarse y, habitualmente, florecerán en algún punto entre febrero y octubre, dependiendo de si la variedad en concreto es de floración tardía o temprana.

Cabe decir que lo que habitualmente se llama flor de la cala son en realidad sus brácteas, que se llaman en este caso espatas y tienden a ser blancas, aunque actualmente hay varios tipos de calas y con las espatas de muchos colores. Así que, si buscas calas de colores, tendrás variedades como: cala blanca, cala negra, cala rosa, cala fucsia, cala verde, etcétera y algunas que combinan un par de colores a la vez. En el centro de las espatas crece la inflorescencia, de color amarillo y que se llama espádice.


Plagas y enfermedades de la cala

Para terminar, explicamos las plagas y enfermedades de las calas que son los problemas más habituales a la hora de cuidarlas.

Si las hojas se secan o se pasan rápido probablemente se deba a la falta de riego, mientras que si amarillean se puede deber a lo contrario. Si las hojas de tus calas amarillean, te recomendamos este otro post sobre las Hojas amarillas en plantas: por qué salen y soluciones.

Cuando las hojas muestran partes quemadas quiere decir que el sol es demasiado intenso para la planta, o que quizás se ha regado en las horas de sol intenso y las gotas de agua han hecho efecto lupa concentrando los rayos del sol.

Aunque las calas no suelen tener problemas con muchas plagas, pueden sufrir el ataque de la cochinilla algodonosa, los pulgones o la araña roja. Ante las señales de estas plagas, debe actuarse cuanto antes retirando las partes infectadas y aplicando insecticida ecológico. 



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