Un fertilizante o abono es cualquier tipo de sustancia orgánica o inorgánica que contiene nutrientes en formas asimilables por las plantas, para mantener o incrementar el contenido de estos elementos en el suelo, mejorar la calidad del sustrato a nivel nutricional, estimular el crecimiento vegetativo de las plantas.
No es ningún secreto que el abono es esencial para preparar la tierra y conseguir que la misma cuente con los nutrientes necesarios para que nuestras plantas luzcan de forma saludable.
Si bien es cierto que no todos los abonos son iguales, básicamente podemos diferenciar entre dos tipos de abono: el orgánico o el químico.
Desde nuestro servicio de conservación de jardines queremos hacer hincapié en la importancia que tiene el abono para el medio ambiente.
No se trata sólo de que las plantas crezcan fuertes y sanas, sino de que al abonar el jardín estamos siendo más respetuosos con nuestro medio natural, al reducir las emisiones de metano y lixiviado, reduciendo además la contaminación.
Para el primero necesitas:
- Cascarón de un par de huevos
- Papel encerado
- Rodillo
Procedimiento:
- Coloca el cascarón de huevo sobre el papel y cubre con más papel
- Pasa el rodillo sobre el papel y tritura el cascarón
- Cuando lo hayas destrozado bien, ¡detente!
- Coloca los restos alrededor de tu planta y déjalo ahí
NOTA: El calcio del cascarón aporta el sustrato que tus plantas necesitan.
Para el segundo necesitarás:
- 1 taza de agua
- 1 cucharadita de azúcar
Procedimiento:
- Mezcla los ingredientes hasta disolver el azúcar en el agua
- Riega tus plantas como lo haces normalmente
NOTA: Este es especial para las flores, ya que el azúcar aporta la energía que necesitan para sobrevivir.
Por último, pero no menos importante:
- Cáscara de limón
- Cuchillo
Procedimiento:
- Corta la cáscara del limón con el cuchillo
- Colócala en tus plantas alrededor del tallo
- ¡Déjala actuar!
NOTA: La cáscara de limón protege a tus plantas de los parásitos.
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