jueves, 17 de junio de 2021

DIMES Y DIRETES






"Aquellos polvos trajeron estos lodos"

Parece que la frase surgió como comentario popular de un famoso auto de fe que la Inquisición celebró en Madrid, en 1784, en el que se acusaba a varias personas de brujería -y a las que finalmente se condenó por haber fabricado y distribuido ciertos polvos de efectos afrodisíacos. Francisco de Goya (1746-1828) pintó uno de sus caprichos, al que esta misma frase popular y el referente histórico mencionado, dio ese nombre: Aquellos polvos, contribuyendo a la fijación de la frase en la memoria colectiva.

"A mí, plim"
 
También se dice “a mí, plin”. Parece que la expresión la popularizaron los sainetes de Carlos Arniches (1866-1943), que retrató los ambientes del Madrid popular y de los barrios bajos. 

La expresión, puesta en boca de chulapas y chulapos, parece que Arniches estaba parodiando, deformándola ligeramente, una expresión del s. XIX, que se extendió mucho en la época de la Revolución Gloriosa (1868), que derrocó a Isabel II, y en que se destacó la acción del general Prim. 

En torno a la revolución Gloriosa, la gente en sus posicionamientos políticos, decía “A mí, Prim”, para indicar que congeniaba con Prim y no le interesaban las argumentaciones o causas de monárquicos o conservadores.

"A ojo de buen cubero" 

La cuba, en la antigüedad, era una medida de capacidad. La pericia del cubero (fabricante) definía la exactitud en la capacidad de la cuba. Antes se carecía de reglamentación en los sistemas y métodos de medidas.

"Aburrirse como una ostra" 

Al parecer la expresión tuvo su origen en una errónea interpretación del olvido y el ninguneo que padecía el condenado al ostracismo, creyendo que el vocablo derivaba de ostra. La condena al ostracismo suponía el abandono, el arrinconamiento y vivir en soledad en el destierro —como se puede suponer que viven las ostras— se podía deducir el aburrimiento que dominaba la vida de estos desterrados. El término ostracismo proviene de ostrakon, que era la tejuela en forma de concha en la que se escribía el nombre del condenado a tan peculiar destierro.

"Acabar como el rosario de la aurora"

Según se cuenta, en un pueblo gaditano (unos dicen Medina Sidonia, otros Espera), durante el rosario que se rezaba justo antes de la salida del sol (de ahí llamarlo de la aurora), dos cofradías enemistadas coincidieron por un paso estrecho; la tensión por ver quién pasaba primero desencadenó en una fuerte trifulca habiendo como resultado varios heridos. Tal fue la pelea que incluso se llega a mantener que se emplearon los faroles de sendas procesiones para propinar los golpes y que el cura que dirigía una de ellas falleció en el altercado.

"Alma de cántaro"

La expresión hace referencia a que se tiene un interior hueco y vacío, dado que la palabra alma también hace referencia al meollo interior de algo e incluso al hueco interior de los objetos huecos como cañones y cántaros.

"Armarse la gorda" 

Es de origen histórico y se refiere a “La Gorda”, nombre con el que se conoció en Andalucía la revolución española de 1868 contra la inoperancia del reinado de Isabel II. Dicha revolución fue más comúnmente conocida como “La Gloriosa” o “La Septembrina”, por haberse producido en el mes de septiembre. Los liberales españoles, que perseguían la instauración de una república parlamentaria, esperaban que se produjera la gran revolución, la definitiva, la gorda, aunque a la postre fue tan inoperante como el régimen monárquico al que sustituyó.

"Barrer para casa"

La expresión tiene origen popular. En las casas bajas de los pueblos, se barre —como es lógico— de adentro hacia afuera, abriendo puertas y ventanas para favorecer la ventilación. La idea de que alguien barra hacia dentro se asocia a persona que es tan egoísta y ruin que no quiere desprenderse de nada de lo que tiene a su alcance. Ni siquiera de la propia suciedad que él mismo ha ido generando.

"Cabeza de turco"

Es la persona a la que se hace blanco de acusaciones por cualquier motivo. La expresión alude al tiempo de las Cruzadas, en el que los turcos eran víctimas del odio de todos los cristianos, que sentían una especial preferencia por cortar sus cabezas.

"Cantarle a uno las cuarenta"

Hace referencia a alguien que va a recibir una bronca o le van a regañar por algo que ha hecho mal y, normalmente, con tanta razón que la persona regañada no tiene argumentos para defenderse ante las acusaciones y reconoce la culpa.

Esta expresión popular tiene su origen en un juego de naipes muy popular en España: el “tute”, que se juega con la baraja española en el que suelen cantarse las cuarenta (como máximo una sola vez en cada partida). Los jugadores cantan a viva voz las 40, para anunciar que han logrado juntar el caballo y el rey del palo que otorga el triunfo en la mano, sumando, de tal forma, 40 puntos.

"Dar pie"

Esta locución proviene de la antigua expresión dar el pie, equivalente a ‘ayudar a alguien a auparse a su cabalgadura’. Así pues, es ofrecer las manos entrelazadas para dar un apoyo firme al pie del jinete, para que éste ponga el pie y se empuje para montar.

Y terminando con esta expresión, espero que este artículo os de pie a seguir investigando y usando las expresiones que más os gusten, sabiendo el contexto y el por qué de su origen.

¡Hasta luego cocodrilo! 



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