lunes, 31 de mayo de 2021

LA CANTIDAD DE AGUA QUE NECESITAS BEBER CUANDO HACE CALOR



En verano es importante hidratarse con constancia, además de acudir a otros métodos como tomar zumos, sopas y fruta fresca.

A lo largo de nuestras vidas hemos escuchado reiteradamente que hay que beber 2 litros de agua al día. Y es cierto. 

Más de la mitad de nuestro cuerpo es agua y el organismo, cuando pierde parte de ese líquido a través de la orina o el sudor, necesita recuperarlo. Por eso es tan importante beber agua para que todo funcione como un reloj.

Esta necesidad de hidratarse es aún más importante en verano, cuando el calor aumenta, sudamos más y, por lo tanto, hay más riesgo de tener problemas derivados de la falta de líquido.

Con temperaturas suaves: según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, lo saludable es beber entre 2 y 2,5 litros de agua al día.

Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, lo saludable es beber entre 2 y 2,5 litros de agua al día. 

En el caso de las mujeres en periodo de lactancia, un poco más, hasta 2,6 litros. Esa recomendación es para situaciones de temperaturas suaves, pero cuando suben hay que aumentar la cantidad de agua ingerida.

Esta agencia de la Unión Europea, con sede en Parma (Italia), recomienda beber medio litro extra de agua por cada grado de temperatura cuando se superan los 38 ºC. 

También hay que tener en cuenta otros factores, como la edad, la actividad física que se haya hecho, la exposición directa al sol o el clima (si ha llovido…).

Es importante, además, no esperar a tener sed para beber agua. La sed es una señal de alerta a la cual no deberíamos llegar. Además, no es buena idea beberse un litro de golpe en el momento en el que tengamos la boca seca. 

Mejor ir poco a poco a lo largo del día. Como con todo en la vida, mejor dosificar que abusar.

¿Cómo sabemos que lo estamos haciendo bien?

Una señal inequívoca de que la hidratación está siendo correcta es comprobar el color de la orina. 

Si descubrimos que es amarilla fuerte, algo va mal y debemos aumentar la ingesta de agua. En cambio, si es transparente o de un color claro, probablemente vayamos en el buen camino.

Y no solamente nos sirve el agua. También podemos recurrir a zumos naturales o sopas. 

Además, alimentos como la fruta fresca están formados, en gran parte, de agua. Por lo tanto, también nos pueden ir muy bien en el proceso de hidratación.




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