Se acerca el verano y este año lo esperamos con más ganas, si cabe, después de todos los sacrificios que hemos tenido que asumir por la época pandémica que nos ha tocado vivir.
Desde el CMSc Chamberí queremos compartir una serie de consejos para poder disfrutar de la estación estival con salud y sin que el calor nos juegue una mala pasada.
¿Quiénes deben estar especialmente protegidos ante el calor?
- Las personas mayores y menores de 5 años.
- Las personas con alguna enfermedad crónica (hipertensión, diabetes, cardiopatía, obesidad) y/o que tomen medicación habitualmente.
- Las personas que realizan trabajos o deporte al aire libre cuando hay temperaturas elevadas.
El exceso de calor puede provocarnos una serie de efectos no deseables que conviene evitar, como, por ejemplo:
- Calambres musculares, por la pérdida de sales.
- Agotamiento, con malestar, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, y sed intensa.
- Deshidratación, con decaimiento y sensación de postración.
- Y el efecto más grave de todos: el golpe de calor, que se manifiesta con náuseas, vómitos, piel caliente y enrojecida, fiebre por encima de 40º, inestabilidad al caminar y mareos; pudiendo llegar a convulsionar y entrar en coma.
Podemos evitar todos estos efectos indeseables tomando una serie de medidas muy sencillas:
- Evitar salir de casa en las horas centrales del día, cuando el sol está más alto, brilla con más fuerza y hace más calor (entre las 12:00 y las 18:00 h).
- Caminar por la sombra, descansando con frecuencia.
- Mantenerse hidratado y beber a menudo, sin esperar a tener sed. Beber agua, zumos, infusiones fresquitas... (no, el tinto de verano y la cervecita no cuentan; de hecho, beber alcohol aumenta el riesgo de deshidratación).
- Evitar las comidas copiosas. Comer menos cantidad, más veces al día, y aumentar la ingesta de frutas, verduras y ensaladas, tan apetecibles en esta época del año.
- Usar ropa de tejidos naturales, ligera, holgada y de colores claros, así como calzado transpirable y cómodo. Si añadimos al conjunto un buen sombrero, y unas gafas de sol protegeremos también nuestra cabeza y nuestros ojos.
- Mantener la casa fresca, cerrando ventanas y bajando persianas de día y abriendo de noche para ventilar. Utilizar las habitaciones más frescas y, si es necesario, acudir a algún lugar refrigerado.
- No permanecer mucho tiempo dentro de un coche en parado o sin aire acondicionado, aunque estén las ventanillas abiertas.
- Si sospechamos que podemos padecer algún síntoma importante relacionado con el calor, buscad atención médica.
¿Qué podemos hacer para ayudar a alguien que sufre un golpe de calor?
- Lo primero de todo, llamar al 112.
- Colocarle a la sombra y retirarle algo de ropa, para airearle.
- Si está consciente, elevar ligeramente su cabeza y ofrecerle abundante agua.
- Si está inconsciente, tumbarle de lado, con las piernas flexionadas. Nunca dar líquidos a alguien inconsciente.
- Refrescarle con agua fría, sobre todo en cara y axilas. No meterle en la bañera para enfriarle.
Otro de los aspectos en los que tenemos que tener especial cuidado en verano, sobre todo en esta época pandémica en la que salimos menos, es en el cuidado de nuestra piel. Si la piel de las personas mayores es ya de por sí más vulnerable, el hecho de haber estado confinados, salir menos y recibir menos luz solar directa la hace todavía más sensible.
Os ofrecemos una serie de consejos para cuidar vuestra piel en verano.
- Aplicar protector solar a diario, ya sea para moverse por lugares expuestos al sol o en zonas sombreadas. Los más recomendables, tanto para la cara como para el cuerpo, son los que tienen un FPS 50 o mayor.
- Hay que aplicarse el protector solar en la cara, a pesar de llevar puesta la mascarilla, teniendo en cuenta que las mascarillas más usadas (higiénicas y quirúrgicas) no protegen ante la radiación UV.
- Lo mejor es limitar el tiempo de exposición al sol lo más posible, y caminar por la sombra.
Esperamos que con estos consejos paséis un verano bueno, tranquilo y saludable.
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