jueves, 8 de octubre de 2020

PASEA TU CIUDAD. MADRID RÍO



En la sección de hoy de Pasea tu Ciudad, os traemos una de las rutas que siendo muy urbana y cercana, ha sido a la vez una gran desconocida para muchos de los vecinos de Madrid. Nos estamos refiriendo al Parque de Madrid Río.

Esta ruta de hoy, hemos tenido ocasión de realizarla de distintas maneras en varias ocasiones, pero antes de pasar a la ruta sobre el terreno, valga aquí nuestro homenaje a nuestra Animadora Sociocultural del Centro de Mayores de Castilla, Encarna Montes, que está pasando por malos momentos. A ella va dedicada hoy esta sección precisamente porque ella se estrenó como Animadora en el distrito con una de las rutas de Madrid Río un día muy caluroso de mayo de hace ya unos años, que tuvimos que dejar en Legazpi, y no llegar hasta el final que teníamos previsto. Al menos allí nos tomamos una cañita. Va por ti Encarna.

Vamos a ello. Primero de todo conviene poner en antecedentes sobre la construcción de este corredor fluvial y ambiental que ha tomado un gran valor para el disfrute del vecindario de todos los madriles.

El proyecto Madrid Río nace como consecuencia del soterramiento de la M-30, que trajo sus más y sus menos por la gran obra civil que el por entonces alcalde de nuestra ciudad, Alberto Ruíz Gallardón planteó. Con la controversia sobre la elevadísima inversión de dicho soterramiento nació la idea a la vez, de poder plantear sobre la autopista urbana ya soterrada, una espacio verde que sirviera de corredor. Aunque Madrid tenía la necesidad incluso ya de que este parque de Madrid Río se hubiera planteado como proyecto en sí mismo y no como fruto del soterramiento de la autovía, el caso es que se planteó y se hizo con un gusto que es digno de alabar. Tenemos que remontarnos a su inauguración en 2011 para poder disfrutar de esta maravilla.

En los últimos años, también con controversia, este espacio verde ha ganado en calidad ambiental gracias al proyecto que el propio ayuntamiento realizó a petición y en colaboración con la organización Ecologistas en Acción, de renaturalización de las riberas. Este proyecto ha traído una aparente disminución del cauce. En realidad es al contrario, nuestro querido Manzanares ha recuperado su pequeño caudal pero a cambio de la repoblación de las riberas ha atraído a gran cantidad de fauna y flora que en muchos casos habíamos perdido en nuestra ciudad.

Y con estos antecedentes, comenzamos nuestra andadura en el Intercambiador de Transportes de Príncipe Pío, donde salimos a la Glorieta de la Puerta de San Vicente, para desde allí bajar al puente del Rey, desde donde comenzamos a caminar ya sobre Madrid Río. Desde aquí podríamos incluso variar nuestra ruta e internarnos en la Casa de Campo sin que los coches nos molesten, pues todo es peatonal.

Desde el puente del rey recorreremos casi todo Madrid Río hasta Matadero, y disfrutaremos de las dos orillas. Caminamos ya siguiendo la corriente a nuestro Manzanares por su orilla derecha buscando el famoso Puente de Segovia. Antes de llegar a él, podremos empezar a ver los originales juegos que para la chavalería se han instalado a lo largo de todo el parque. Columpios hechos con materiales nobles como madera, cuerdas, en el que se juguetea con el equilibrio, los saltos, e incluso hay hamacas.

Antes de llegar al Puente de Segovia, en la otra orilla, nos acercamos a la Ermita de la Virgen del Puerto.



Esta ermita que merece una visita, es obra de Pedro de Ribera, fue construida entre 1716 y 1718 por empeño personal de Antonio de Salcedo y Aguirre, primer marqués de Vadillo, por entonces corregidor de Madrid. La ermita resultó completamente destruida en el transcurso de la Guerra Civil durante la defensa de Madrid, junto con la talla de la Virgen ubicada en su interior.2​ El edificio existente a comienzos de la primera época del siglo XXI es una reconstrucción realizada en 1945. Durante siglos fue el destino de la romería madrileña en veneración de la imagen de la Virgen del Puerto que hay en su interior, costumbre que dio lugar a la verbena de la Melonera.

Continuamos nuestro camino río abajo, pero para eso debemos retomar nuestro paseo por la orilla derecha río abajo. Es decir, en la orilla opuesta a la Ermita. Avanzaremos muy poquito para encontrarnos con el ya mencionado Puente de Segovia, de imponente belleza.

Entre todos los elementos curiosos que encontramos en el moderno Madrid Río, destaca la mayor de sus antigüedades, el Puente de Segovia.

Es el más antiguo de los conservados en Madrid y todavía hoy sigue prestando servicio para cruzar el río Manzanares. Miles de peatones y vehículos transitan cada día sobre sus arcos

El Puente de Segovia está ahí desde 1584, fecha en que el arquitecto Juan de Herrera, uno de los responsables del Monasterio de El Escorial, finalizó las obras. Una placa a pocos metros del puente, en la margen derecha, nos informa sobre su construcción.

Una vez superado el puente, en la orilla de enfrente podéis divisar la mítica sala de conciertos La Riviera, famosa por la gran cantidad de artistas que actúan allí cuando visitan nuestra ciudad.

En ese mismo punto también podremos seguir nuestro camino por ambas orillas ya que veremos una puente que pertenecía a la antigua M-30 y que se ha conservado para dar continuidad al parque por ambas orillas.

De nuevo vamos a continuar por la orilla derecha donde seguiremos encontrándonos con muchos artilugios de juego para la chavalería muy originales. Son tan originales que los adultos a veces picamos y los probamos.

Vamos a seguir hasta las inmediaciones del puente sobre San Isidro, donde justo antes de llegar nos encontraremos con otra incorporación a este proyecto, el puente en Y que se dedicó al Principado de Andorra. Su originalidad y el pequeño balcón que ofrece sobre el río, es digno de una parada.


Dejado atrás este singular puente, llegamos ya a mi querido (del que suscribe) Estadio Vicente Calderón. Lugar de peregrinación de la mejor afición del mundo. Perdonad mi parcialidad, no he podido evitarlo. Nuestra ruta seguirá por la orilla derecha donde antes podíamos ver como el Estadio del Manzanares se asomaba a el río que le daba sobrenombre.




Para nostalgia de los colchoneros, nuestro estadio ha sido demolido totalmente hace precisamente unos meses, de manera que en su lugar solo veremos un solar. 

Tendremos que seguir ruta y los atléticos arrastraremos nuestra nostalgia hasta el siguiente punto de extraordinaria belleza y singularidad. Nos referimos al Puente de Toledo.

El puente, con un diseño barroco, se compone de una parte central formada por nueve arcos de medio punto con sólidos contrafuertes y tambores que se rematan en balconcillos. El tablero tiene un ancho de 4,95 metros.

En la zona central se encuentran dos hornacinas o templetes adornados con elementos churriguerescos y que contienen las estatuas en piedra caliza de los patrones de Madrid, San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, realizadas en 1723 por el escultor Juan Alonso Villabrille y Ron con la colaboración de Luis Salvador Carmona.6
En cada extremo del tablero se extienden sendas rampas que enlazan con cada una de las orillas. En el lateral correspondiente a la glorieta de Pirámides otras dos rampas, transversales al puente, daban antiguamente acceso a los lavaderos y huertas situados en la orilla del río. Llamativos son también los obeliscos que incluyó en el siglo xix el arquitecto Francisco Javier de Mariategui en el extremo norte, así como las dos fuentes que diseñó Ribera en la parte más cercana al centro de la ciudad, que hoy es la Glorieta de Pirámides.
Podemos desde este punto para a la orilla izquierda, y nos volveremos a encontrar con artilugios para la infancia y la juventud que nos van a dejar atónitos. Lo primero un bosque de troncos para subir, bajarse, saltar y matarse. En definitiva, un invento para que lo pasen pipa.


Es más, resulta recomendable venirse a esta zona con los nietos o los sobrinos, ya que desde aquí por la orilla izquierda, nos toparemos con cantidad de columpios, como decimos, todos muy originales.
Llegamos poco después a otro de los atractivos del parque. La pasarela de Dominique Perrault.



Uniendo las dos orillas del río Manzanares el estudio Dominique Perralult Architecture, construye por encargo del Ayuntamiento, la Pasarela Arganzuela, puente peatonal y también para ciclistas.

Situado en un punto estratégico de la ciudad, la pasarela mejora las conexiones urbanas entre los barrios del norte y del sur de la capital, a la vez que crea un nuevo lugar de reunión que permite descansar y admirar la ciudad. Para el Ayuntamiento, la Pasarela de Arganzuela se ha convertido en un evento arquitectónico para la ciudad y un hito urbano.

Pasamos esta pasarela que parece estar rota, y justo al lado se sitúa una de las zonas de juegos para la infancia más destacadas de todo el parque. Nos referimos al conjunto de juegos de los toboganes. Una sugerencia que no debéis dejar de pasar cuando tengáis chiquillos.


Pasado el vaivén de subidas y bajadas, seguiremos nuestro camino por el antiguo Parque de Arganzuela, que resulta de gran belleza, hasta toparnos con otra singularidad.

¿Quién dijo que Madrid no tiene playa?

Efectivamente, nos encontramos con el espacio denominado Playa, que no es más que 3 explanadas de forma elíptica que tiene chorros de agua de distinto grosor y presión que te permite mojarse y que hace las delicias de los madrileños y madrileñas. A las explanadas le acompañan praderas que rodean todo el espacio, convirtiéndolo en nuestra playa de Madrid.


Después del chapuzón vamos a ir encaminándonos, siempre por la orilla izquierda a nuestro destino en Matadero. Pero antes otro espacio para la diversión de la ciudadanía. Más juegos infantiles con tirolinas y una vez pasado el puente de Praga, un espacio para los jóvenes donde practicar piruetas y acrobacias con patines, monopatines y bicicletas. Se llama Skatepark Madrid Río...para romperse la crisma.


Ya en la inmediaciones de Matadero, nos encontraremos con otra pista de patinaje.

Pero finalizar con buen sabor de boca, lo hacemos llegando a Matadero. Antes de adentrarnos en este espacio también recuperado para la ciudadanía, tenemos que hacer mención a otros dos puentes de nueva incorporación al río.

Nos referimos a los puentes del Invernadero y de Matadero. Dos estructuras contemporáneas sobre el río, que tienen su atractivo en las grandes teselas que adornan su techo y que ilustran hábitos de ocio de todo tipo. 

Dicho esto nos plantamos en Matadero para poner punto y final antes de dirigirnos a Legazpi para volver a casa.



El Matadero y Mercado Municipal de Ganados1​ de Madrid, también conocido por su uso primordial durante su periodo de funcionamiento y por su ubicación como Matadero Municipal de Legazpi2​ o Matadero Municipal de Arganzuela, fue un conjunto de cuarenta y ocho edificios dedicado a realizar funciones de matadero industrial y mercado de ganado en la ciudad de Madrid durante las décadas centrales del siglo XX.

Fue construido sobre una parcela de orientación noroeste-sureste que formaba parte de la dehesa de Arganzuela. Inicialmente estaba delimitada por el paseo de la Chopera, la calle Vado de Santa Catalina, la canalización del río Manzanares (sobre la que posteriormente se asentaría la M-30), y el paseo de Santa María de la Cabeza, en el distrito de Arganzuela de Madrid. El terreno tenía doce hectáreas de superficie edificada con diversas naves y edificios de arquitectura neomudéjar típicos de la arquitectura industrial de la transición de siglo XIX al XX. Se construyó a comienzos del siglo XX en un área entonces despoblada de Madrid como respuesta a las necesidades de la creciente población de la ciudad y como sustitución de la vieja casa-matadero de Puerta de Toledo. El responsable del diseño del Matadero Municipal por encargo del ayuntamiento de Madrid fue el arquitecto municipal Luis Bellido y González. De la construcción, que se alargó entre 1910 y 1925, se encargó el ingeniero José Eugenio Ribera.3​ El mismo Bellido, junto con Francisco Javier Ferrero Llusiá, fue el responsable, entre 1932 y 1933, de la construcción de un edificio adicional con funciones de matadero de aves y gallinas.3

Las instalaciones del matadero y mercado de ganados fueron entrando en funcionamiento paulatinamente entre 1924 y 19254​ y permanecieron en uso hasta el cierre del matadero en 1996.5​ Diseñado desde sus inicios como un "proyecto abierto", con espacios dejados explícitamente libres para permitir futuras expansiones, no sufrió cambios significativos durante su periodo de funcionamiento, si bien se benefició de la construcción de nuevos edificios (como la ya citada nave de sacrificio de aves), y experimentó el cambio de uso de varias de sus instalaciones. El conjunto sufrió su primera mutilación con la apertura de la M-30, ya que su esquina noroeste fue ocupada por los accesos desde la nueva autopista de circunvalación al puente de Praga. A principios de la década de 1980, se decidió concentrar las funciones del conjunto en la zona sur del complejo, y se produjo la remodelación y cambio de uso de varias de las dependencias que quedaron libres en la zona norte: el pabellón de dirección (conocido actualmente como Casa del Reloj), transformado en sede de la Junta Municipal del distrito de Arganzuela); los antiguos establos de vacuno, en los que se ubicó la sede permanente de la Compañía Nacional de Danza (CND) y el Ballet Nacional de España; o el antiguo establo de ganado (posteriormente nave de patatas), que se convirtió en un conjunto de invernaderos que reproducen el clima de zonas tropicales y subtropicales: el Palacio de Cristal de la Arganzuela.6​ El espacio liberado se convirtió en un parque, el parque del Matadero, que contaba entre otros, con una dalieda e instalaciones deportivas. Tras el cierre definitivo del matadero en 1996, las instalaciones quedaron sin uso hasta que en 2003 se decidió su transformación en un espacio cultural conocido como Matadero Madrid, que abrió sus puertas en 2007. En 1997 se incluyó en el Catálogo de Edificios Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid.1​ El soterramiento de la M-30 y la creación del parque Madrid Río también impactaron en el entorno de las antiguas instalaciones: el pozo de arranque de la excavación del by-pass sur de la M-30 se hizo en el solar del parque del Matadero, con lo que desapareció la dalieda. Tras el fin de las obras, todo el terreno que había compuesto el parque del Matadero se integró en Madrid Río.

Y con esto habremos terminado nuestra ruta de hoy, habiendo recorrido aproximadamente 7 kilometros y descubriendo una de las joyas ambientales y culturales de nuestra ciudad como Madrid Río.

Hasta el próximo Pasea tu ciudad.



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2 comentarios:

  1. Recuerdo perfectamente ese día.... Lo pasamos tan bien como en cualquiera de nuestras salidas...
    Todo mi cariño para vosotros animadores y compañeros y en especial para nuestra querida Encarna.
    M.Pilar Hernández

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