La fritura es un método de cocción que ofrece unos resultados de lo más sabrosos y suelen gustar a todos, genera una superficie dorada y crujiente, y mantiene el interior del producto jugoso. Esto se debe a que el alimento se sumerge en una materia grasa caliente, a una temperatura superior a la que cocina el agua, lo que hace que también sea un método de cocción más rápido. Pero es uno de los métodos de cocción menos saludable, por ello, se deben limitar las veces que se comen fritos, eligiendo para el día a día cocciones saludables como la cocina a la plancha, al vapor, al horno…
Normalmente se alude a la parte negativa de los fritos al exceso de grasas y, en consecuencia, de calorías, pero este sólo es uno de los perjuicios de las frituras, otros son peores, y es que la grasa en la que se sumergen los alimentos para freír, normalmente aceite de oliva en sus distintas versiones y aceite de girasol, sufre transformaciones que no sólo hacen que pierdan sus propiedades beneficiosas (en el caso del AOVE), también se reducen las grasas insaturadas, aumentan las saturadas y las grasas trans, sin obviar el tema de la acrilamida.
Consumir fritos de vez en cuando no es ningún problema, pero lo ideal es saber hacer buenas frituras, controlando las temperaturas para que el aceite se degrade lo mínimo, a la vez que se consigue que los alimentos que se cocinan no queden grasientos. Así que vamos a ver algunos consejos para freír y obtener fritos crujientes y sin exceso de grasas, para ello, tomamos nota de la información que facilita la Fundación Alícia, (Ali-mentación y cien-Cia), el centro referente de investigación culinaria, a través de la web Faros del Hospital Sant Joan de Déu.
5 reglas básicas para hacer una buena fritura.
1. Calentar el aceite de oliva virgen o virgen extra sin que llegue a humear, sea en una sartén o en una freidora.
2. Preparar el alimento que se va a freír, condimentarlo y rebozarlo al gusto (huevo y pan rallado, harina y huevo, sólo harina…). Si esto se puede hacer con un poco de tiempo para después enfriar en la nevera, se conseguirá mayor contraste de temperatura a la hora de freír.
3. Sumergir el alimento completamente en el aceite caliente, se puede saber si la temperatura es adecuada introduciendo un trocito de alimento en el aceite, si tarda menos de tres segundos en subir a la superficie, es que está preparado.
4. Cuando empiece a disminuir el burbujeo alrededor del alimento y éste tenga un color dorado suave, ya se puede retirar.
5. Retirar el alimento frito con ayuda de una espumadera para escurrirlo bien, y posarlo sobre papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de grasa. Si es necesario, condimentar.
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