CUIDA TUS PLANTAS. HIERBABUENA

 

HIERBABUENA

La hierbabuena es una de esas plantas que no pueden faltar tanto para los amantes de la jardinería como para los incondicionales del huerto. Y no faltan motivos. Los usos de la hierbabuena son tantos que la convierten en una planta irresistible. Una que, más allá de sus propiedades aromáticas, puede ser un ingrediente más de nuestros platos y bebidas. Y no solo eso: también un remedio para determinadas dolencias.

Desde la Antigüedad, las plantas aromáticas han formado una auténtica farmacia natural. Una manera de paliar determinadas dolencias, valiéndose de los principios activos presentes en las plantas. Y si bien es cierto que hay plantas con un increíble abanico de propiedades, también lo es que los usos de la hierbabuena la convierten en la estrella natural del jardín. En una planta que, sí o sí, hemos de contemplar si queremos valernos de sus cualidades.

Por si sus beneficios no son suficiente motivo para tenerla entre nuestras plantas, sumemos una razón más: la increíble facilidad de su cultivo. Algo que hace que disfrutar de esta aromática sea tan sencillo como prestarle un mínimo de atención.

- Usos de la hierbabuena en casa.

A diferencia de otras plantas aromáticas, los usos de la hierbabuena o Mentha spicata son relativamente recientes. Su auténtica popularidad llegó hace apenas dos siglos, cuando comenzó a utilizarse como remedio contra el dolor de estómago. Sin embargo, hay evidencias de que tanto en la Edad Media como en tiempos del Imperio Romano también se utilizaba. Una época en la que estaba destinada a ser complemento de bebidas refrescantes.

Originaria de Europa, África y Asia; hoy por hoy está extendida por todo el mundo. Algo que se sustenta no solo en su carácter de planta rústica sino, también, en sus múltiples bondades y oportunidades culinarias. Por eso, al hablar de los usos de la hierbabuena, hemos de verlos desde dos perspectivas: desde el punto de vista medicinal, y desde el gastronómico.

– Usos de la hierbabuena con fines medicinales.

Uno de los usos de la hierbabuena más comunes es como digestivo. Gracias a su aroma y a los aceites esenciales de sus hojas, es un maravilloso antiespasmódico. Ideal como infusión para calmar el estómago, su uso comenzó a popularizarse por esta razón. No solo favorece el tránsito intestinal sino que, además, reduce las flatulencias. Algo que la convierte en un remedio natural perfecto para quienes tienen dolencias estomacales.

Buena parte de esta propiedad de la hierbabuena radica en otra de las virtudes por las que es conocida. Y es que los aceites de sus hojas tienen propiedades relajantes. Una capacidad que ayuda tanto al estómago como al 

Pero, además de estos dos usos de la hierbabuena de común conocimiento, tiene otras aplicaciones medicinales. 

Como antiséptico: usándola de manera tópica para limpiar heridas superficiales de la piel.

Con fines analgésicos: puede utilizarse para calmar dolores musculares, de cabeza e, incluso, de ovarios.

Como relajante emocional: por sus propiedades liberadoras de estrés, también puede ser un remedio natural contra la ansiedad o la depresión.

Para paliar la congestión: gracias a sus aromas de mentol, la hierbabuena en infusión puede ayudar a liberar las vías respiratorias y sobrellevar los síntomas de gripes y catarros. 

– Usos culinarios de la hierbabuena.

Además de sus fines medicinales, otros de los usos de la hierbabuena más extendidos son en la cocina. Su particular aroma forma parte de un buen número de recetas de todo el mundo. No solo como parte de bebidas refrescantes de verano sino, también, como complemento para platos de marcada inspiración mediterránea y árabe.

Desde el clásico té con hierbabuena a la receta de tabulé con quinoa, la hierbabuena es un complemento perfecto para poner un sabor singular y exótico.

CUIDADOS DE LA HIERBABUENA

Conocidos los usos de la hierbabuena, es momento de conocer cuáles son sus cuidados. Unos sumamente sencillos, y más si tenemos en cuenta que es una planta que puede cultivarse en cualquier sitio. Ya sea en un jardín, en una mesa de huerto o en una simple maceta. La hierbabuena no es una planta exigente en cuanto a su lugar de siembra, pero sí delicada en lo que respecta a la temperatura. El abanico de grados ideal para su desarrollo oscila entre los 15 y los 30, por lo que es imprescindible resguardarla de las heladas.

Ya sea en plantón o en semillas, son tantos los usos de la hierbabuena que es imposible resistirse a ella. 

Lo que sí hemos de tener en cuenta es la precaución de mantenerla a raya. Por su carácter invasivo, hay que vigilarla de cerca para que no acabe con las plantas de alrededor. Para ello y más allá de controlarla, es importante realizar una poda cada cierto tiempo. No solo eliminando manualmente las hojas y ramas secas. Pero, también, cortando las ramas más viejas para promover el nacimiento y crecimiento de las nuevas.

Lo que sí demanda la hierbabuena para su buen curso es cumplir con dos cuidados fundamentales. Por un lado, su ubicación. Para que crezca fuerte, será indispensable que esté en un lugar con abundante luminosidad. También admite un lugar en semisombra, siempre que sus hojas tengan opción de recibir una buena dosis de luz.

Además de esto, el riego es clave para su bienestar. Demanda un riego abundante, sin encharcamientos. El agua en exceso o con un mal drenaje es perjudicial para esta planta, que tiene unas raíces sensibles al exceso de agua. Lo que sí es importante es procurar que tenga siempre un buen grado de humedad. Por eso en los meses de verano el riego tendrá que ser diario, y cada tres días en los meses de invierno.

Y para que no llegue el momento de pensar cómo eliminar las plagas, lo ideal es fertilizar la planta. Para ello, lo ideal es utilizar un abono orgánico durante los meses de primavera. Así permitiremos que la planta esté bien nutrida y fuerte ante plagas que suelen aquejarla, como el pulgón o la mosca blanca.

Y, ahora que conoces los usos de la hierbabuena y sus cuidados, ¿te animas a tenerla entre tus plantas?