El bienestar emocional es un estado positivo en el que nos sentimos satisfech@s con nosotr@s mism@s y nuestro entorno y en el que gozamos de un tono emocional positivo de optimismo, confianza y plenitud. El bienestar emocional tiene una influencia en nuestro estado general de salud, tanto mental como física o social.
La situación de pandemia de la COVID-19 que estamos viviendo supone un reto que pone a prueba nuestras habilidades de adaptación y que puede afectar a nuestro estado emocional. A pesar de las difíciles circunstancias, hay muchas cosas que podemos hacer para cuidar y mejorar nuestro estado emocional. Aquí van algunas recomendaciones.
Cuando hay momentos difíciles
Buena parte de nuestro bienestar emocional depende no de las cosas que suceden, sino de cómo encaramos las cosas que nos suceden. No podemos evitar las dificultades, los problemas, el dolor. Las adversidades forman parte de la vida. Aceptarlas como parte del camino nos ayuda a buscar la manera de afrontarlas y salir fortalecid@s de ellas, bien sea buscando soluciones al problema, o bien aceptando lo inevitable y adaptándonos a la nueva situación si lo sucedido no tiene solución.
Gestiona tus emociones
Este tiempo de pandemia ha generado multitud de emociones, algunas agradables (positivas), como amor por nuestras personas queridas o agradecimiento a l@s
sanitari@s, y otras desagradables (negativas), como miedo, incertidumbre, ira, ansiedad o tristeza.
A veces podemos temer que nuestras emociones nos desborden. Intentar evitar o suprimir estas emociones negativas, por intensas y desagradables que sean, puede provocar alteraciones emocionales o del comportamiento, e incluso problemas de salud física. Por el contrario, prestar atención a nuestras emociones, identificarlas y ponerles nombre, aceptarlas, analizarlas, comprenderlas y expresarlas nos ayuda a entender qué nos dicen nuestras emociones, a gestionar nosotr@s nuestras emociones y a sentirnos mejor y no que sean nuestras emociones las que nos dominan a nosotr@s.
Plantéate metas
Tener objetivos en la vida da sentido a nuestra existencia. Plantearnos metas cotidianas a las que les demos valor nos orienta y motiva en nuestro día a día y cuando las conseguimos nos aportan satisfacción, control de nuestra vida y bienestar. Pueden ser metas importantes para nosotr@s mism@s, para nuestra familia, nuestr@s amig@s… Cada persona tendrá metas diferentes en función de sus motivaciones. Estas metas, para que las podamos alcanzar han de ser claras, realistas y limitadas en el tiempo. Empezar por las pequeñas metas hará más fácil conseguirlas, te animará con objetivos mayores y te ayudará a mantenerte activ@ y positiv@.
Realiza actividades que disfrutes
¿Tienes aficiones o hobbies? ¿Dedicas suficiente tiempo a realizar esas actividades que te gustan? No solo nos dan placer, también nos aportan salud. Hay una relación directa entre las actividades agradables que realizamos y la satisfacción con la vida y la buena salud mental. Las actividades gratificantes también nos ayudan a regular las emociones negativas, protegiéndonos frente al estrés, la ansiedad o la depresión. La crisis sanitaria que estamos viviendo ha limitado algunas de las actividades que realizábamos, pero también ha generado oportunidades que podemos aprovechar, como la multitud de propuestas online existentes.
Tal vez ahora es el momento de descubrir nuevas actividades, de aprender algo nuevo, de practicar aficiones para las que teníamos poco tiempo.
Relaciónate con los demás, conéctate
Un estudio de la Universidad de Harvard ha encontrado que las relaciones sociales positivas tienen más capacidad de predecir la salud, tanto física como mental, que otros factores como la inteligencia, la clase social o incluso la predisposición genética.
Evitar el aislamiento y relacionarte con la familia y l@s amig@s mejorará tu estado emocional, aunque no los veas tanto y tengas que utilizar otras vías como el teléfono, whatsapp, videoconferencias. Puedes hacer algunas cosas para cuidar y mejorar tus relaciones, para que sean más positivas. Aprende a escuchar: te ayudará a comprender lo que piensa y siente la otra persona y a dar una respuesta adecuada. Reconoce lo que l@s demás hacen bien y exprésalo: generarás emociones positivas. Reconoce tus errores y pide disculpas: saber hacerlo es una muestra de fortaleza, no de debilidad.
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