miércoles, 16 de septiembre de 2020

SOMOS CURIOS@S. EL PASADIZO DEL PANECILLO

 


Inauguramos hoy esta nueva sección, con la curiosidad de zorros nocturnos en busca de un bocado. Desde hoy, todos los miércoles, esta sección tratará de acercaros las mil y una curiosidades de todo tipo. 

Para comenzar, hemos querido mostrar cositas curiosas de nuestra ciudad. Ese Madrid que tanto amamos. Para eso, nos hemos trasladado a pleno centro.

Extraído del libro "Secretos de Madrid" de la Editorial La Librería, que os recomendamos muy especialmente, os traemos aquí este pequeño y recóndito paraje de nuestra ciudad y de nuestra historia.

EL PASADIZO DEL PANECILLO.

Acurrucada en el Madrid de los Austrias existe una diminuta callejuela que merece un par de reflexiones. Hay que estar atento, si andas despistado es probable que pases junto a ella sin percatarte de su presencia. Actualmente permanece cerrada al público pero años atrás fue un lugar muy concurrido, quizás demasiado.

Encajonada entre la basílica de San Miguel y el Palacio Arzobispal esta angulosa vía mantiene intacto el sabor y la imagen de siglos atrás. Ahora sus dos extremos están custodiados por unas verjas de forja. Al parecer, su sinuoso trazado era el escondite perfecto para ladronzuelos y gentes de dudosas intenciones. Su poca iluminación y sus recovecos dieron más de un disgusto, por ese motivo decidieron cerrarlo a comienzos del siglo XIX.


De este coqueto rincón madrileño lo que más curiosidad puede despertarnos es su nombre. Aquí va su explicación.
Luis Alfonso de Borbón y Farnesio, en el siglo XVIII, a través de una de las ventanas del Palacio Arzobispal puso en marcha una peculiar costumbre, la de entregar un trozo de pan a los vagabundos que lo solicitasen, con la única condición de que antes hubiesen escuchado misa. Algo que queda perfectamente reflejado en la placa que da nombre a la calle.

Esta solidaria entrega pronto originó problemas ya que el número de indigentes que se agolpaba en el estrecho callejón fue rápidamente en aumento y los altercados no tardaron mucho en llegar por lo que, en 1829, se dejó de hacer este reparto. Sin embargo, esta curiosa anécdota hizo que para siempre esta callejuela cambiase su nombre original, el del pasadizo de San Justo, por el del pasadizo del Panecillo.

Y esta es la curiosidad de hoy. No obstante, decíos, que en nuestra próxima ruta por Los Austrias, sin duda haremos un parada en este singular punto.

Hasta la próxima.

1 comentario:

  1. Me encanta esta seccion yo conozco el pasadizo pero no sabia la historia

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#SEGUIMOSDESDECASA

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