martes, 14 de julio de 2020

CUIDA TUS PLANTAS. El suelo. Tipos de tierra.


En esta entrada de hoy, os queremos hablar de la importancia del terreno, como uno de los elementos más importantes e imprescindibles para que las plantas vivan y se desarrollen. 
Parte del material de hoy, lo hemos tratado en el Taller de Jardinería que se realiza los jueves en el centro de Prosperidad-Santa Hortensia.

El suelo favorece que las plantas encuentren sujeción, el agua y el alimento que necesitan, y además, donde se desarrolla la raíz. No todas las tierras son igualmente aptas ni reúnen los elementos necesarios o suficientes para realizar con éxito las labores de jardinería.
Dependiendo de lo que se quiera cultivar, habrá que tener en cuenta tanto las características del terreno como los nutrientes que aportan el abono.

FACTORES DEL SUELO.
Cada terreno tiene determinadas características físicas y químicas que hay que tener en cuenta antes de cultivarlo.

¿Qué es el Tempero?
Se denomina así al grado optimo de humedad que necesita el suelo para la realización de las labores en el jardín. Cuando la tierra no tiene humedad suficiente, tanto la siembra como el desarrollo de las plantas se hacen más lentos y difíciles.

¿Qué es el PH?
Indica la acidez o alcalinidad del suelo, factor que es muy importante, pues limita el uso de ciertas plantas. El valor neutro es el 7. Las cantidades inferiores indican acidez y las superiores alcalinidad. Una tierra muy ácida retiene poco los nutrientes, mientras un terreno alcalino asimila mal el hierro, mineral fundamental para la fotosíntesis.

Durante el año pasado realizamos una prueba de acidez a nuestras plantas del Jardín-Huerto de Prosperidad-Santa Hortensia, teniendo cierto grado de acidez. Cuestión que debemos corregir aportándole un sustrato con grado de acidez más neutro.
Esta prueba es sencilla de hacer. Deposita en un recipiente tierra que quieras analizar y cúbrela con agua destilada con una proporción de 2 veces, la tierra añadida. Mueve el recipiente para que se mezcle bien todo, y deja reposar. Cuando al tierra haya vuelto al fondo y el agua se haya impregnado de la tierra, tendrás que meter una tira de control de acidez que suelen vender en las farmacias.




La textura.
Aunque a simple vista en el suelo sólo se distingue lo que se viene a llamar "tierra", además de piedras o piedrecitas, esa tierra formada por partículas de distinto tamaños que le confieren su textura.
La parte más visible, granulada, gruesa o fina, se llama arena.
Otra parte parte menos visible y muy fina está compuesta por arcilla y limo.
Dependiendo de la proporción entre sus componentes, el suelo será más arenoso, con mayor permeabilidad, una buena aireación y poco fértil, o más arcilloso, con menor permeabilidad, difícil de labrar y rico en sustancias nutritivas.

En función de estos tres factores podemos encontrarnos con los siguientes tipos de tierra.

TIERRA ÁCIDA.
Podrá tener un contenido arcilloso, arenoso o de ambos, pero la mayoría de las plantas pueden vivir sin problemas en este medio. En este tipo de tierra podrán vivir Camelias, corallinas, hamamelis, kalmias, magnolias y un largo etc.

La tierra de nuestro jardín tenía un ph que oscila entre el 5 y el 6





TIERRA ARENOSA.
Este tipo de tierra es propensa a secarse y no se mantiene muy fértil. Aunque se trabaja con facilidad, las plantas van a requerir una atención especial, ya que esta tierra no retiene bien los nutrientes. Se cultivan bien en ella Milemrama, artemisa, lavanda, jara, romero.






TIERRA ALCALINA.
Los tipos de plantas que se pueden cultivar en este tipo de tierra son limitados, ya esta tierra influye en su mala absorción de nutrientes como el hierro y el magnesio. Sin embargo siempre hay especies que aguantan bien en este tipo de tierra como las campanillas, el tulipan, la malva, el acanto, el ajo o las anémonas.


En la próxima entrada de CUIDAS TUS PLANTAS, os hablaremos de los sustratos.
Hasta la próxima.


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